José María García Gil, oriundo de Iruelos y gran conocedor de las tierras de Ahigal, ha escrito varios libros de poesía. En ellos no sólo habla del gran amor que profesa a su pueblo sino también el cariño que tiene a Ahigal donde pasó temporadas trabajando. Aquí dejo alguna de sus poesías sobre Ahigal, donde se describen parajes de la zona. NAVARREDONDA DE AHIGAL Navarredonda se llamaba, no habrá cambiado de nombre, allí se extendían las parvas, para trillar por entonces. Eran como monumentos, que miraban hacia el norte, eran goces y lamentos, era la espiga dorada, el fruto del alimento. Canciones de los trilliques y del hombre juramentos, de tanto sudor pegado a su frente y a su cuerpo. Los erales fatigados, sacaban la lengua fuera, pues estaban muy cansados, de dar vueltas y mas vueltas. A las cinco de la tarde se soltaban las parejas, para marchar a los valles, para repone